Gata lleva a sus gatitos al hombre que la ayudó y le dio comida y nunca lo dejó

En un concesionario de automóviles en el este de Oklahoma, Estados Unidos, un vendedor se encontró a una gata que tenía una lata atorada en su cabeza. La gatita estaba confundida y maullaba de forma desesperada pidiendo ayuda, así que el vendedor la ayudó, pero la gatita se alejó corriendo de inmediato.

El administrador del concesionario, Brian Sheppard, se enteró de la triste historia de la gatita con el vendedor, y decidió salir a buscarla.

«Salí de mi oficina, pero no pude localizarla. Cerca de la hora de cierre, la vi detrás de mi tienda».

Gata lleva gatitos al hombre que la ayudó

El hombre se acercó a la gatita y notó que estaba muy delgada, así que le dio un pollo que no se había comido en el almuerzo. La felina tenía mucha hambre, por lo que se comió toda la comida que le brindó Brian en su mano, estaba muy agradecida con él.

En ese momento, Brian asumió que la gata tal vez pertenecía a un vecino, pero dos días después de alimentarla regresó al concesionario.

«Fui a una tienda y compré algo de comida, platos, arena para gatos y una cama. Cuando regresé, me recibió en la puerta y le di de comer. Mientras comía, noté que estaba amamantando bebés».

Por esa razón, Brian sabía que no podía mantenerla adentro de su oficina, pues sus gatitos la estaban esperando en algún lugar del vecindario. Entonces, después de que la gatita terminó de comer, el hombre hizo un refugio improvisado detrás de su tienda con la esperanza de que trajera a sus gatitos.

Brian comenzó a llamar a la gatita Sophie, y ella cada vez que lo veía saltaba en su regazo para recibir un poco de amor.

Luego de una semana, Brian pudo ver a Sophie en una casa que quedaba al otro lado de su tienda, al parecer era donde vivía. Sin embargo, la gatita continuaba visitando diariamente el concesionario, ya que le gustaba pasar mucho tiempo con su nuevo amigo humano.

Brian agregó:

«Vino a mi oficina, encontró su comida y agua. También, encontró la cama que le compré y durmió en ella».

Un día, Brian decidió ir hasta la casa del frente y preguntar por Sophie, allí se llevó una gran sorpresa, pues vio a sus dos gatitos. El hombre se ofreció para adoptarlos y el dueño de la casa parecía estar de acuerdo, ya que no estaba interesado en tenerlos y cuidarlos.

Pero su pequeña hija no estaba muy contenta con lo que escuchaba, así que Brian decidió esperar hasta que estuvieran listos para ser adoptados.

«Luego de eso, no supe nada del hombre, ni vi a Sophie durante una semana».

Todo parecía indicar que la familia de los gatitos había decidido mantenerlos adentro, pero una noche mientras Brian estaba cerrando la tienda pudo observar a una gata que estaba sentada en la alfombra de bienvenida de la puerta principal, y no estaba sola.

«Me estaba preparando para cerrar mi tienda, y Sophie estaba junto a mi vehículo, con dos gatitos. Los había llevado a su fuente de alimento».

Brian abrió la puerta principal y Sophie entró corriendo hasta la oficina y empezó a comer, sabía dónde estaban todas sus pertenecías. Los gatitos no estaban asustados, pero sí eran muy juguetones, así que Brian los llamó y finalmente pudo cogerlos y llevarlos adentro.

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